(Tomándose
una copa en el velador del Poeta. Café La Luna. 11 de la noche)
ANA:
¿Y se van a ir a USA, esos dos? ¿Pero tienen dinero?
TONY:
Me da que ella sí. Ha trabajado de modelo internacional.
ANA:
Me lo creo. Qué bellezón. Hasta yo estoy impresionada.
TONY:
Y ligaron aquí, en esta misma mesa.
ANA:
Qué puntazo. Brindemos por ellos. El poeta y… ¿la musa?, ¿la poesía?
TONY:
Desde luego, al poeta le ha caído el premio Nobel de… ¿de qué?
ANA:
¿Será bueno para él?
TONY:
Será la hostia y el copón bendito. Pero se acabará. Ojalá no, pero se acabará.
ANA:
El cielo y el infierno.
TONY:
Oye, ¿te apetecería que nos fuésemos tú y yo también, unas vacaciones?
ANA:
¿Con ellos?
TONY:
No, con ellos no. Pero el negocio va bien. Podíamos hacernos un tour o algo.
ANA:
¿Por la ruta 66?
TONY:
Por ejemplo… o por Europa. ¿Grecia te parece?
ANA:
¡Me parece! USA me estaba dando un poco de torridez, ahora en verano.
TONY:
Tienes razón. Islas griegas, Organízalo tú.
ANA:
Vale, yo me encargo. ¿Y están todavía en Balneario?
TONY:
No, les hemos facturado a la montaña, para que se desentumezcan, y en lo que
les dé un poco el aire…
ANA:
Ella va a querer irse ya.
TONY:
Se irán por Francia, hasta París, y luego volarán a Nueva York.
ANA:
¡Vaya aventura!
TONY:
¿Nos pasamos por el Cafetín?
ANA:
Casi vamos a casa, pensar en esos dos me ha puesto…
TONY:
¡Pues sin perder un minuto!
Eduardo Fraile
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