sábado, 6 de julio de 2019

La ocupación


(Pedro y Tony. Barra de La Luna. Hora del vermut)
TONY: Yo tengo una casita en la montaña, en Gijón. Ahora está vacía. Podrían irse allí, a ver cómo evolucionan las cosas.
PEDRO: Y yo podría dejarles el almacén de la editorial, aquí en la calle Juan Mambrilla. Es un bajo, hay un patio muy bonito, de esas casas de las de antes, con columnas.
TONY: Hombre, lo más sencillo es eso, al menos de momento. Ahí arriba es más complicada la cosa de la intendencia.
PEDRO: Pues que se queden aquí y así me vigilan los libros. Hay una cocinilla con frigo y un baño chiquito, pero está bien. Los vecinos ya me conocen, les puedo prevenir…aunque lo mejor será no decirles nada. Ya están acostumbrados de otras veces que he tenido gente.
TONY: Venga. Se lo decimos esta tarde.
PEDRO: Díselo tú. Esta tarde me quedo en Villabáñez, que mi compañera tiene un asunto. Joder, además esa tía me deja temblando.
TONY: Ya te lo dije. Vamos a protegerles, joder. Es como una misión. A lo mejor no lo necesitan, pero…
PEDRO: Es verdad. A lo mejor lo necesitamos nosotros más que ellos. ¡Tío, la Belleza y la Poesía! Me gusta eso de verlo como una misión. Son cosa nuestra.
TONY: Bueno, yo me encargo. Tú tenlo dispuesto cuanto antes.
PEDRO: Está ya listo para que vayan cuando quieran. Mañana, por ejemplo. Yo estaré allí a partir de las 10.
TONY: Seguro que es la primera vez que hacemos una cosa así, no por razones políticas…
PEDRO: Tú lo has dicho. Yo he refugiado a gente que ni sabía quién era, o si lo merecían de verdad. Esto es distinto, macho. Y he pasado miedo a veces, pero ahora es que me tiemblan las piernas.
TONY: ¡Ay Dios! ¡Pero si eres un romántico!
PEDRO: Y un mártir, eso es lo que voy a ser yo. Pero si es el Destino, mejor no resistirse.

Eduardo Fraile


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