sábado, 10 de agosto de 2019

Pan con pan


—Pero lo que más me gusta de todo es el pan con magdalenas. Son dos cosas que me gustan ellas solas, pero juntas… ¡Buah!
—Salado con dulce. O pan con flan. A que te gusta también.
—¡Pues claro! ¡Es total!
—Mi madre dice el refrán: pan con pan comida de tontos.
—Pues tú de tonto ni un pelo. Eres el primer tío que no se avergüenza de mí, que como pan hasta con la tarta en los restaurantes guays.
—En fin. Habrá un día en que todos tengan una carta de pan, como la carta de vinos…
—¡Profeta!
—Y seguro que alguna modelo del siglo XXI saldrá en las revistas diciendo cosas como las que dices tú. A ver, señorita W, ¿cuál es el secreto de su belleza?
—Pues la alimentación. ¡Como mucho pan! ¡Pan lechuguino de Valladolid, España!
—Y los agricultores se forrarán vendiendo su trigo candeal. No se lo van a creer. Todas las chicas guapas del mundo comprando pan de nuestros pueblos.
—Seguro que entonces habrá un sistema de distribución con pequeños aviones o algo parecido…
—¡Adivina!
—Adivina, adivinanza. Es un bicho malo que tiene dos plumas. Una se la he regalado yo, y con la otra…
—Con la otra, ¿qué hago con la otra?
—Maravillas inconfesables. Secretos que no podré contar en las revistas del couché avec moi.
—Ya me parecía a mí que con pan solo…

Eduardo Fraile

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