(Barra
del Café La Luna. 11:30 de la mañana)
TONY:
Me
he dado cuenta de que estás con esa chica tan guapa.
Ten cuidado. Sus hermanos trafican, no sé, con
todo lo que
te puedas imaginar.
POETA: Algo me ha dicho
ella de que le traen la ropa de Londres.
TONY:
Si
sólo fueran Levi’s… Bueno, el caso es que ella parece
maja y eso, pero la rodea un aura de peligro
que me imagino
que habrás notado con tus antenas
hipersensibles.
POETA: Un
aura de peligro… Joder, Tony, hablas como un novelista
noir.
TONY:
Y eso no es lo peor. Antes salía con un tío chungo que
estuvo aquí
la otra tarde. Ya os habíais ido los dos, y como que la andaba
buscando. No me dio buena espina.
POETA: No es que estemos saliendo,
pero todo ese misterio que tú llamas
ˈaura de peligroˈ es como la otra
mitad, la cara oscura de su
atractivo. Y no me ha dejado
entrar ahí.
TONY:
Ten
cuidado, Poeta. Si necesitas algo, dímelo. Ella también me
cae bien. Si queréis buscar un sitio para
desaparecer una temporada,
hasta que las cosas se aclaren… se
podría arreglar.
POETA: Descuida. Lo
hablaré con ella. No me parece para tanto, pero gracias.
TONY: ¡Todo por el amor… y la
poesía!
Eduardo Fraile
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