sábado, 26 de octubre de 2019

El mensaje


(Iowa & Nevers/ Balneario)

—Dejaré en alguno de los libros de Pedro un mensaje de gratitud.
—Y yo de gatitud.
—Tú no. Lo voy a escribir yo para él. No sólo por cobijarnos, sino por su delicadeza para conmigo.
—¿…?
—No quiere que se le note que le gusto. Por ti. Por mí. Por eso viene tan poco, por eso es tan elegante ignorándome.
—Ya no quedan caballeros como él.
—Él no es un caballero. Es un ángel. Como Tony. También él es un ángel. Pero Pedro ve en mí cosas que no se puede permitir que se le note haberlas visto. Por delicadeza.
—Estamos rodeados de amor y de cortesanía. Qué les das, qué les das…
—Quizá no lo verá nunca. Quizá dentro de muchos años, cuando no me recuerde ya.
—Eso va a ser difícil. Lo de no recordarte. Ni siquiera sabe tu nombre y no te olvidará.
—¿Te das cuenta de que nos estamos despidiendo de este lugar?
—Me doy, me doy.
—Quiero llevarlo siempre conmigo. El patio, las columnas, nuestro escondite de los libros. Los libros son las alas de los ángeles.
Los libros son las alas de los ángeles. Qué metáfora, tú.
—Tú eres mi ángel con alas de libro. El libro donde están escritas estas palabras.
—Soy tu ángel. Eres mi libro.
—Somos sólo palabras.
—Las palabras son soledad.
—Entonces seamos silencio.
—I…
—N…

Eduardo Fraile

sábado, 19 de octubre de 2019

Cuadernos de Iowa/X


            Nevers, Nevers, Nevers… Me vuelves del revés, me das la vuelta como a una media, ya no sé de qué lado tengo las costuras. O si las tengo. O si ya estoy toda dada de sí, toda dada de mí. A veces creo que me voy a romper, y grito y luego ya regreso, tampoco sé si entera o en trozos, en cachitos de cristales de vidriera de catedral. Añicos de pétalos del rosetón de un templo. Tras la explosión que provocas en mi interior todo salta por los aires y la onda expansiva te separa de mí, aunque permanezcamos abrazados. Por eso no quiero que me sueltes. No sabría volver. Como un globo que se pierde en el aire, y sube y sube y…

***
            No sé si los ángeles existen, o si son la metáfora de algo que somos o está en nuestro interior y que nosotros sacamos al exterior y lo hacemos ajeno. Veo lo angelical de ti, aunque angelical no te pega. Mejor angelitud. Veo tu angelitud, como veo tu gatitud. Y veo también las alas que hay en cada cosa. Esa pulsión hacia lo sobrenatural. Y tú me llamas ángel a mí porque ves en mí lo que ya tienes en ti. De cualquier modo somos hermanos gemelos. Eres mi yo masculino como yo soy tu yo femenino. No me entiendo ahora sin ti. No sabría ser yo sola otra vez. Bueno, no querría. Después de haber conocido esto, no.

***
            Me pongo a hacer variaciones con tu nombre cuando no estás, cuando pienso en ti deseándote porque quiero que llegues ya, Nevers, Versen, Resven, Senver, qué sé yo, del derecho y del revés, cambiando letras, sílabas, basándote en las uves, mordisqueándote y ronroneando en las erres… Y de repente Denver, esa D de dedo, de divinidad, de deber, de dar, de devolverte todo el placer, de media luna creciente, como nos enseñaban en el colegio de las monjas: cuando la Luna tiene forma de C es luna menguante, y cuando hace una D, por el contrario, es creciente…

Eduardo Fraile

sábado, 12 de octubre de 2019

La guerra de Troya no tendrá lugar


(Nines & Tony. Conversación telefónica. Pantalla dividida en dos) 

NINES: Jefe, ha estado esta tarde un tío preguntando por ti. Le he dicho que te habías ido de vacaciones, pero creo que no se lo ha tragado. Es ése de las Delicias que andaba buscando a la novia del poeta.
TONY: Vale, gracias. Joder, el pavo éste otra vez. Si vuelve y te da la vara, tú no sabes nada de esta historia. Ana y yo nos vamos a Grecia. Josechu se va a encargar de cerrar por las noches y hacer la caja.
NINES: Sí, yo prefiero no quedarme hasta tarde.
TONY: De acuerdo, y si hay algún problema llamad a la poli, pero esperemos que no sea necesario.
NINES: Vosotros iros.
TONY: Llamaré todos los días aquí. Voy a hablar con Jose para que esté al loro y si hace falta traiga seguridad. Venga, lo mejor es actuar normalmente.
NINES: Ya sé que es mejor que no sepa nada, pero ¿el poeta y la chica están bien?
TONY: Sí, ya están fuera de España. Tardarán en volver.
NINES: Gracias, jefe. Que lo paséis bien en las ínsulas homéricas.
TONY: Chao. La guerra de Troya n’aura pas lieu.

Eduardo Fraile

sábado, 5 de octubre de 2019

El diccionario


—Oye ¿tú tienes clítoris?
—Anda ya, que no, que me lo ha comido un gatito.
—Mira, aquí dice que la Academia no tiene clítoris.
—Vaya libraco, qué es.
—Un diccionario de 1850. He estado buscando en las estanterías privadas de Pedro, y diccionario etimológico no he visto, pero he encontrado esta joya.
—O sea que buscabas lunar y has encontrado clítoris.
—Más o menos. Y es genial. Tiene unas definiciones…
—Y qué es eso de la Academia, ¿la de la Lengua?
—Ay, ven, que te voy a hacer yo cositas con la lengua.
—Lengua de gato, pata de pato, rata de rato…
—Pues este diccionario que huele tan bien… Esnifa, esnifa…
—¡Esnif!
—A que huele guay.
—Sí, como a hierbas del campo. Qué papel, parece papel de billetes de 1000.
—… es el Diccionario clásico de la Lengua española, por Don Ramón Joaquín Domínguez.
—A ver, a ver… Me gusta esto: Sitio o asiento principal del deleite venéreo. ¡Toma ya!
—Y lee al final.
La Academia no tiene clítoris. ¡Maravilloso! La Academia no va a poder tener orgasmos hasta que te elijan a ti como miembro viril.
—Lo que quiere decir el glorioso señor Domínguez es que por entonces el diccionario de la Real Academia no recogía todavía esa voz.
—¡Bravo! Sólo por esa definición merece pasar a la posteridad. Así que cuando escribas nuestro libro, no te olvides de sacarle. Qué tío más cachondo, el tal Domínguez.
—Pues espera a leer `esperanza ՛. Te vas a caer redonda. Creo que hemos encontrado un juguete total.
—¿Un juguete sexual?
—¡El juguete definitivo!

Eduardo Fraile