Lo tengo aquí, sobre mi mesa (sobre
mi tabla de navegar). Es un hermoso tintero modernista, calculo que de
principios del siglo XX. Sobrio y elegantísimo, equilibradísimo y sinfónico
juego de cristal, metal (dorado) y mármol negro (la base, en la que también hay
un soporte para la pluma). Lo he comprado esta mañana de Domingo de Ramos, en
uno de los puestos de Fuente Dorada. Entre el gentío de la procesión de la
borriquilla y los paseantes de la mañana con sol. No recuerdo ningún Domingo de
Ramos donde no haya hecho sol, las palmas agitándose, como movidas por el
viento del entusiasmo al paso del Paso de la borriquilla. Yo, que no había
estrenado nada hoy.
Creo haber visto este tintero
durante años (décadas, quizá) en el escaparate de una tienda de antigüedades,
por detrás de San Andrés. Yo me fijo en los escaparates (sobre todo de las
librerías y de los anticuarios). Una vez entré a preguntar por el tintero, ya
con el precio en euros, o sea que sería 2002 o 2003, y costaba 135 €. La verdad
es que no había visto el 1 de la pequeña etiqueta pegada sobre esa base de
basalto negro…
Aun así, lo valía (la dueña me dijo
que lo había rebajado de 200 a 135). Muchos años pasando por allí, sobre todo
cuando volvía a pie desde la estación de autobuses, cortando por la plaza del
Caño Argales. Los objetos del escaparate iban variando (tampoco mucho, la
verdad), pero el tintero permanecía. Hasta hace pocos meses, que lo dejé de ver…
Supuse que al fin alguien lo habría comprado, o que los carteles de
liquidación, que se habían convertido también en una antigüedad más, al fin
eran verdaderos…
Y esta mañana, un pálpito (como de
palmas agitándose en mi corazón). ¿Sería el mismo? Y, efectivamente, lo era, el
vendedor me confirma que sí, que se lo ha comprado a Cari, que así debe
llamarse la anticuaria que acaba de cerrar su tienda, o está a punto de hacerlo…
Yo no volví a entrar jamás en aquella Galería, quizá desistí a la primera
porque me pareció demasiado categórica su propietaria, que 135 € era un regalo
y que no lo iba a rebajar más.
El vendedor de Fuente Dorada me
dice: si te interesa el tintero te lo dejo en 50 euros. Yo se lo compré por 40
en un lote con otras cosas… Y yo, temblando de emoción, como una palma agitada
por un niño al paso de la borriquilla, le digo que sí, que está muy bien, pero
que me parece mucho, que me lo llevaría por 30…
─Bueno, dame los 40 que yo pagué por
él, y esto por ser tú.
─Vale, pero por ser yo, 35.
─Joder, cómo negocian los escritores
de Valladolid…
Y me lo traigo envuelto en un
convoluto de papel de periódico y plástico de burbujas, como un regalo del Destino,
que siempre hace las cosas a su debido tiempo, para estrenarlo hoy.
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