sábado, 13 de febrero de 2016

Si...

Si te recuerdo, es decir, si algo, qué sé yo,
la más imperceptible brizna de Paraíso me devuelve
el eco de los días de tu piel, el sabor
de tu silencio (que era el sabor de las gomas de borrar
de nata, y de los lápices y de los sacapuntas),
si se produce ese espejismo de los náufragos
y de los alterados por la sed, que ven islas, oasis
donde sólo hay campos de sal y olas de sílice…
Si creo verte, a lo lejos, en un rostro
que huye en el tiempo, si te atisbo en un beso,
si me despierto pronunciando tu nombre
(pero no eras tú la que estaba en el sueño), si te olvido
luego durante meses, durante años quizá, si consigo olvidarte
más allá de la vida…


Eduardo Fraile

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