Todos nos lo decían: Bueno, esos
librillos de poesía están muy bien (lo de librillos sonaba un poco a papel de
liar tabaco de picadura, o de pipa, o canutos de maría o hachís), pero lo que
tienes que hacer es escribir una novela, que es lo que da pasta gansa de
verdad, porque, a ver, cómo vas a vivir de vender quinientos ejemplares, mil
como mucho…, pero con una novela te puedes forrar. La calidad se te supone, que
escribes de puta madre, así que ponte a currar pero ya.
Y quizá nos pusimos a ello varias
veces, sin un grano de mostaza de fe, y lo que nos salía era una novela
completa dentro de la dimensión de un poema, así que estaba claro que nuestro
género (escribiéramos lo que escribiésemos) era el libro ─el librillo─ de
poemas.
Y comenzamos a publicar esos
pequeños arbolitos, o a botar esos barquitos que se llevaba la corriente, y
siempre nos encontrábamos con alguien que nos decía: ─Qué, ¿todavía sigues
escribiendo? o ─¡Qué, cómo va esa novela! o ─¡Enhorabuena por tu premio!, lo he
visto en el periódico, ya te lo dije yo, que lo tuyo era la prosa, no aquellos
poemillas ( y lo de poemilla sonaba a hebra rubia de tabaco o brizna de azafrán
o vello púbico…) que sólo leían las tías. Joder. Y la cosa es que no nos habían
dado ningún premio, y menos por un libro de prosa (ni de poemas en prosa ni de
prosas en poema).
Hay gente que siempre lee los periódicos
del futuro, así que aceptábamos los parabienes y nos preparábamos secretamente para
lo peor: para la Fama, los premios, los frutos sorprendentes de aquellos
arbolillos delgaduchos y escuálidos que no dejamos nunca de regar con nuestras
lágrimas…
Eduardo Fraile
Holi, voy a dejar por aquí mi blog, hablo un poco de todo, un lugar para hablar de superacion personal, angeles, meditacion, y todo lo que aporte ;) ya pronto iré subiendo mas material, gracias! https://lauramidnight.blogspot.mx/
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