Mis
ojos te descubren entre la multitud. Brillas
con
una luz distinta. Aunque yo no quisiera
mirarte,
¿cómo saldría del laberinto de la noche
sin
que me lleves de la mano? Te veo
y
el universo comienza a sonreír.
Y
amanece.
*
Mis
ojos te descubren entre la multitud. Incluso antes
de
que yo les ordene como a perros
rastreadores:¡buscadla!, te han hallado ya.
La
velocidad del deseo > la velocidad de la luz.
*
Mis
ojos te descubren entre la multitud.
¿Qué
les lleva hacia ti? ¿Hay una fuerza
de
gravitación de las miradas? ¿Cómo formularíamos
esa
Ley? Te encuentro como una aguja de oro
en
el pajar del universo. Pero tú ya me mirabas a mí…
Eduardo Fraile
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